Atrás quedaron los días de luto riguroso, donde los dolientes, en particular las viudas, vestían de negro por periodos prolongados, en algunos casos el resto de su vida, como señal de duelo por el difunto que se nos adelantó.

Sin embargo, acompañar a alguien en un momento de dolor, como la pérdida de un ser querido, es un momento que exige respeto y en todo caso sobriedad.

El protocolo en funerales y de cómo sobrellevar un periodo de luto varía de país en país. En países musulmanes, el blanco es un color utilizado para despedir a un ser querido. Los Judios suelen rasgar sus vestiduras en muestra de dolor. En Europa central se usa un brazalete color negro, pero según el grado de cercanía con el difunto es considerado de rigor ir completamente de negro.

En México actualmente es común ver asistentes a un velorio vestidos con colores diferentes al negro. Colores sobrios, como la gama de grises, cafés o incluso camisa blanca, son bien aceptados.

Es importante mostrar discreción durante un funeral, evitar camisas con estampados o gamas de colores llamativos. En caso de vestir corbata esta deberá ser lisa, sin puntos, rayas o cuadros.

En el caso de mujeres pueden vestir de gris o combinar blanco con negro, nuevamente buscando austeridad en el vestuario. Los bolsos deberán ser negros discretos, al igual que los zapatos. En invierno se recomienda utilizar medias negro color mate. Los peinados sencillos sin llamar la atención, maquillaje prácticamente inexistente y las joyas o accesorios llamativos, mejor dejarlos para otras ocasiones.

Lentes de sol, tanto para mujeres como hombres, se considera aceptado como una máscara de intimidad.

Al final todas estas reglas de etiqueta, en el fondo envían un mensaje de respeto, solidaridad y empatía. Un funeral no es un lugar para sobresalir, llamar la atención o dar una lección de estilo.