Existen varias costumbres y rituales funerarios para despedir a un ser querido. Estos han evolucionado a través de la historia, y dependen de varios factores, incluyendo el lugar, las creencias de quienes los llevan a cabo, la posición social del difunto y el afecto que le tienen los que le sobreviven. A continuación mencionamos algunos ejemplos de algunas de las culturas más representativas de la historia de la humanidad.

Egipto

Los antiguos egipcios seguían una serie de rituales de enterramiento que consideraban necesarios para asegurarse la inmortalidad después de la muerte terrenal. Estos rituales incluían la momificación y la inclusión de objetos que se creían necesarios en la otra vida.

Aztecas

Cuando morían personajes importantes, los aztecas los inhumaban en cámaras subterráneas, con sus enseres y joyas y aun solían sacrificar a alguna de sus mujeres o sirvientes incluso a un perro, para que los acompañaran en la otra vida.

Grecia

Tras el fallecimiento de una persona, se procedía a la preparación del cuerpo. El cadáver era lavado y purificado con ungüentos, se cerraban los ojos y se sujetaba la barbilla. Posteriormente, el difunto era colocado en una habitación de la casa en un lecho, donde sus familiares podían presentar sus respetos. El cuerpo se exponía uno o dos días para posteriormente ser trasladado a su lugar definitivo de descanso, sobre un carruaje o caminando, donde hombres y mujeres acompañaban el cortejo.

Quizá sea lo único que tenemos en común que tenemos todas las culturas de la tierra: Tratamos de honrar su memoria de nuestros seres queridos de la forma más solemne posible, de acuerdo a nuestras creencias, rituales y costumbres conforme a nuestra creencia de lo que nos espera en el más allá.