Las experiencias que vivimos día a día, tanto buenas como malas, van almacenándose en nuestro interior y condicionan la manera en la que nos comportamos en el futuro.

Cuando las experiencias son negativas, muchas veces afectan nuestra manera de interactuar y de seguir adelante y ni siquiera somos capaces de notarlo o aceptarlo. El guardar estas heridas nos impide alcanzar el bienestar mental y ser felices.

¿Por qué sanar tus emociones?

Debemos trabajar en sanar nuestras emociones para lograr alcanzar la plenitud y disfrutar cada parte de nuestra existencia. Las heridas emocionales nos enseñan sobre la vida, debemos aceptar que somos seres humanos que sentimos y que somos vulnerables a que nos lastimen, pero también debemos aprender que los malos tiempos son necesarios para crecer y transformarnos a nosotros mismos.

¿Cómo sanar tus emociones?

Debes comenzar por buscar la razón o la experiencia de tu pasado que te marcó y que no te permite seguir adelante. Debes darte la oportunidad de sentir tu dolor y estar molesto con las personas que te lo causaron, pero también debes ser capaz de aceptar que debes trabajar en soltar esa pena por tu propio bien.

En muchas ocasiones, sentimos que la vida va demasiado rápido y nos descuidamos a nosotros mismos, descuidamos lo que sentimos y no nos damos tiempo de identificar lo que nos hace daño. Es importante trabajar en sentirnos mejor, acudir a terapia y lograr trabajar nuestras emociones para sanar nuestras heridas, trabajar nuestras emociones y recuperar la paz y felicidad de nuestras vidas.